Girasol

 Girasol

Altivo en su mirar y compostura,
rumboso y erguido, por linaje,
siempre espera, que la noche baje,
para cambiar la cabeza de postura.
Al sol, la orientación de su mirada,
sabiendo de su gracia seductora,
del alba, hasta el cortejo de la aurora,
exhibe su belleza conquistada.



Brinda, al cielo azul; amarillo oro,
la magia de su cuerpo, sin decoro,
que al albor de la brisa se cimbrea.
Y, recibe, Clitia, al Sol naciente,
queriendo ver, en él, su amor ferviente,
prendida de pasión, mientras llamea.

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