Descalzando primaveras

 Descalzando primaveras

Hiere sin querer la vida
en la solaz de sus pausas;
ausente al reflejo de seda
que sobre alfombra de espino
impregna inocente el camino
descalzando primaveras.
Candileja avivada entre tonos




verde esperanza, arco iris;
luciendo, vestida de gala;
orlada en fuego y templada;
para fundirse en sollozos.
Tímida, reta al destino
templando espadas de plata,
desmesurada y altiva,
sin padrinos, sin palabras,
desairando espacios y tiempos,
sorteando zancadillas y trampas,
encuentros y desencuentros,
espejismos y fantasmas...
en coqueteo con la duda
y entrelazando esperanzas
teje alfombras con años
rematándolas con canas.
Siempre entre susurros perdida
y entre sonrisas y lágrimas,
viento de ayer, viento ausente;
rescoldo de afectos silente;
candileja que fue... apagada.
Por allí va la vida... descalza;
sola, sin identidad... sin alma;
camina ausente, abstraída;
ajena a la realidad, dormida,
mientras su sombra la alcanza...
¿...Quién no se siente, a la vez,
cansado de ser y no ser,
aturdido y empujado a sentir
que la vida no es como es,
si no un no estar y existir,
ya que vivir sin vivir... sin estar...
es despertar, a la vez que morir?

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