poesialviento-nitomarco

 Estribillos al viento I Fuerza que empuja sin tiento despabilando al destino, hace de la pasión camino, aunque sólo fuera viento. II Temprana la fuente, fluye, de un solo caño, llorosa, huyendo su agua airosa del huracán que destruye. III Agigantada en las hoces la tierna siembra agostada, prefiere verse segada a volada entre ciclones. IV Si del tropiezo no caes, el huracán aterido hará no dar por perdido, lo que entre las manos traes. V Pluma al vacío volada, por la gravedad vencida, no se dará por caída en tanto siga bailada. VI Y ya cuando el viento cesa, el huracán sosegado, lo que empezó, terminado, y lo terminado, empieza.

  Zarza  Entre laberintos indefinidos y misterios incontestables, la sombra de: ...¿Necesarios?, ¿imprescindibles?... -¡Qué más da! Porque: Sin preliminares, ni aviso; sin convocatoria, ni tiempo; sin escrúpulo, sin cuidado, ... la vida, al paso de su obrar, entre cismas sociales e individuales, ...hiere. ...Y, lo hace: Silente por las esquinas, soberbia y altanera, ¡sin sosiego! Servida y sirviente de obstáculos, inquinas, egoísmos, avatares y otras “liendres”. ...¿Si fuera rosal, ...la vida? -Se eclipsarían sus rosas en el punzante escozor de sus espinas. ...¡Dolerían al clavar! ...Y en su quietud, engañosa, simularía, restañar las heridas. ...Por ello, se mueve sigilosa entre las escarpadas laderas de hipocresía social; justicia, abocada a los abismos; junglas sociales empobrecidas de valores entre los que, en desorden, dispersa agravios, insolidaridad, intolerancia, rencor, deslealtad, injusticia, soberbias y  

 Callarlo todo (Soneto) Palabras sueltas en izada vela al viento mecidas y abrazadas, vestidas de prudencia, sosegadas, al mástil se atan, por si hablar las vuela. Dormido en la garganta, se consuela, en inquietud envuelto a bocanadas y dando sus palabras por calladas, ahoga sus desvelos mientras pueda. Timonel de fragata que navega en ausencia de viento a la deriva, aguanta con tesón la calma solo. Orientando la vela mientras llega pausada la palabra ayer cautiva, logra en su mudez callarlo todo.

 Duda Bordea la vida desafiante, hierática; inalterable, impasible, ...¿Consecuencia o causa? ¿Valor o miedo? ¿Fluye o huye? ...Cuando lejos, la silueta alarga; bisbisea, a media distancia; próxima, enturbia... ¿Rumor o zumbido? ¿Volcán o lava? ¿Dardo o flecha? ¿Pensamiento o palabra? ...Como arado al barbecho, abriendo surco llaguea el alma, la sume en zozobra entre amarga y agria, fría y gélida, escozor y sarna; sin remilgo, hiere; al sol, reclama destellos amarillos intensos, violetas y azules señales de fuego, contrastes grises a modo de velo... Camina la vida entre sola y arropada, rodeada de sombras por caminos toscos, camina descalza; por senderos ásperos entre cargas livianas y menos ligeras amanece calzada. Incansable viajera peregrina del alma entre claros y oscuros se mira la espalda.

 Sombra Discreta sutileza en la figura, escurridiza al ojo, si encogida, esconde su misterio, apercibida, como luz de candela mientras dura. En la noche, esconde su negrura, por saber en su suerte protegida la seda de sus grises, extendida, bailada por el viento en su locura. Inesperada luz que la delata , si el sol, distraído, se destapa perdiendo su rubor por los rincones. Como mancha de aceite, se desliza, tapando sus oscuros con ceniza, inquietudes, recelos y temores.

 Emociones Señales del alma al rostro asomadas, avisan su prisa, por salir avisadas; de su gesto, la mano prudente y pausada, tendida en ayuda de casos y causas; ...frunciendo el ceño, cambiando la cara: de risa a silencio, de inquieta a rosada; los ojos pequeños, la boca apretada, ...esperando amaine la lluvia empezada.

Entre viento y brisa Y vuela el viento, perdido, la cresta de una ola loca para acariciar su boca, sabiéndose socorrido. Viento sereno de oriente avisado en  embeleso, pone, entre miradas, preso, rumbo de vuelta a poniente. Va paseando con tiento la lengua, por la ribera, como si nadar, quisiera, para refrescar su aliento. Al universo perdido, por el camino, sediento, quiere que llegue su aliento, cuando haya anochecido. Camina quedo y sereno, dejando que su barbilla reciba la ola en la orilla, para bailarla en un beso. Con su soplo generoso, corales y aguamarinas corretean por las esquinas, del océano nervioso. Ni acompañado, ni sólo, su vuelo al destino, deja, ni tampoco, se aconseja, de cambiar nada por todo. Huidizo en la tormenta, por ser descubierto, esquivo, se obliga a ser fugitivo y a la brisa se encomienda. Brisa que mece amapolas, entre trigos arropadas, esperando ser pintadas en su esplendor primorosas.