Entre viento y brisa

Entre viento y brisa

Y vuela el viento, perdido,
la cresta de una ola loca
para acariciar su boca,
sabiéndose socorrido.
Viento sereno de oriente
avisado en  embeleso,
pone, entre miradas, preso,
rumbo de vuelta a poniente.
Va paseando con tiento
la lengua, por la ribera,
como si nadar, quisiera,
para refrescar su aliento.
Al universo perdido,
por el camino, sediento,
quiere que llegue su aliento,
cuando haya anochecido.
Camina quedo y sereno,
dejando que su barbilla
reciba la ola en la orilla,
para bailarla en un beso.
Con su soplo generoso,
corales y aguamarinas
corretean por las esquinas,
del océano nervioso.
Ni acompañado, ni sólo,
su vuelo al destino, deja,
ni tampoco, se aconseja,
de cambiar nada por todo.
Huidizo en la tormenta,
por ser descubierto, esquivo,
se obliga a ser fugitivo
y a la brisa se encomienda.
Brisa que mece amapolas,
entre trigos arropadas,
esperando ser pintadas
en su esplendor primorosas.
Cuando cierzo se compone
ha de cubrirse la huerta,
de pareteras, por puerta,
para evitar empujones.
Soplo que viene ventando
arrogante entre ciclones,
hace de su eco canciones,
sin querer, aparentando.
Serena soñaba la brisa
al bailar las mariposas,
no eran ellas, si las rosas,
las que de amor tenían prisa.
Lame suave las hojas
derramando madrugada,
después de ser trasnochada
sin que nadie la recoja.

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