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Ausencia

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Ausencia Agria sombra, del alma, inquilina; termita, pertinaz, en el recuerdo; clavada en la nostalgia, como espina, perdida en la angostura de su cuerpo. Bulevar de angustias y misterio, callejón de cicatrices geometrales; en su ocaso, laberinto de mimbrales; trenzados, para ahogar el sufrimiento. Hierática, su desmayada bruma; llagada la herida de su infierno, soledad amarga, que destino busca, a las tinieblas de su sino, yermo. En cáustico sueño, abandonada; abrazada a la grupa del silencio, cabalga entre susurros; desbocada, huyendo de la sed de su sosiego.

Hipocresía

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 Hipocresía Rescoldo de lava, hiriente; hace de la oscuridad, camino, y de su inquietante sino, bastión de miedos... silente. Fría y pertinaz, asombra; ilustre, celebridad, desafiante; con avariento semblante enreda, celada, su sombra. Infame, desafía y excusa; disculpa la afrenta emboscada; mezclando en su lengua, zafada, conducta y soberbia confusa. Amotina endiosada la estela que imbrica realismo a su fama; tañida en volteo de campana y oculta en pañuelo de seda.

Deja el tiempo que corra.

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Deja el tiempo que corra Deja el tiempo que corra por el caudal de la vida... ...Deja saciar su razón entre argumentos crecida. ...Deja crecer su existencia en necesidad convencida. ...Deja ahogar su altivez en desengaños prendida. ...Deja escuchar su queja entre sollozos dormida. ...Deja limpiar su conciencia por si agigantada y podrida. ...Deja lavar su mentira de frialdad ennegrecida. ...Deja cantar su tristeza en remordimiento hundida. Deja el tiempo que corra por el umbral de la vida... ...Deja nacer tu razón que la suya, ya es crecida. ...Deja brillar tu existencia que la suya, sola brilla. ...Deja aflorar tu verdad sin mantenerla escondida. ...Reta y desafía con pasión la hipocresía envilecida. ...No sufras por tu conciencia que la suya, es ya sufrida. ...Haz naufragar la tristeza por si en goleta cautiva. Deja el tiempo que corra por la solaz de tu vida...

Nostalgia

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 Nostalgia Vive en la ansiedad de su misterio, repasando los surcos de sus sienes, silenciados, en el sudor que la murmura, se adentra en la vida, en su largura, acariciándola en la piel y en sus desdenes. Tan próxima en la lejanía, tan callada; audible, más allá, de su silencio opaco; profundiza, en las llagas del recuerdo, mirando las huellas de la mano, mientras brisa, entre suspiros modulada. Idealiza fantasías en su desvelo; cuajada en emociones, persevera; haciendo noche en el cansado olvido, y acomodada, en el deseo, espera, la llegada de la luz, que había perdido. Camina entre recuerdos, poco a poco, como estando al lado de ellos, más que cerca, y en el discurrir de su cromático sofoco, ahoga los anhelos, en sus manos, rozando la epidermis de su fuerza.

Oscuridad

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 Oscuridad Noctámbula oscuridad, espabilada; embozada en capa y altanera; armada de florete, no le fuera, sorprender la sombra sin espada. Eximia en lances y placeres; de gesto, altiva, vanidosa, corsaria, con donaire, licenciosa, hace de quimera amaneceres. Adalid de cuitas y amoríos; jadea en silencio, se consuela; discreta y serena, mientras vela, al runrún de su casta y señorío. Fantasía lunada, candileja; viajera de ilusiones, peregrina; crepúsculo de amores, danzarina; confidente aduladora, a quien corteja. Culpable de aventuras, legendarias, traídas del recuerdo, adormecido, la impregnan de misterio, contenido, en sutiles leyendas, centenarias. Sombras que la visten de mozuela, entre sedas de pasión, aligerada; bulliciosa, pertinaz , empecinada; sensual como miel sobre hojuela. Diligente, diseña sus momentos; como acero, en fragua, los caldea; avivando el fuego, los mold

Labios de soledad

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 Labios de soledad ...Y por el sendero viene la soledad, despojada de sus huellas, descuidada; pues la dejadez le conviene. Mordidos los labios, tiene; por el silencio, ateridos, y en el camino, perdidos; pues sello son de condena, aunque ocultando la pena, nunca serán comprendidos.

Girasol

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 Girasol Altivo en su mirar y compostura, rumboso y erguido, por linaje, siempre espera, que la noche baje, para cambiar la cabeza de postura. Al sol, la orientación de su mirada, sabiendo de su gracia seductora, del alba, hasta el cortejo de la aurora, exhibe su belleza conquistada. Brinda, al cielo azul; amarillo oro, la magia de su cuerpo, sin decoro, que al albor de la brisa se cimbrea. Y, recibe, Clitia, al Sol naciente, queriendo ver, en él, su amor ferviente, prendida de pasión, mientras llamea.