Amaneció


Amaneció

Amaneció un día, el crepúsculo urdió la noche,
en sus manos, el relente de la madrugada
hizo las veces de lágrimas, tibias, pero lágrimas,
que humedecían tierna y ávidamente
las razones de una sonrisa perezosa
tiritando entre nubes de pasión, acostada,
y “azúcares” asomados al albor del deseo.




...Desnudo en sentimiento espontáneo;
acurrucados los párpados, “lastimosos”,
extiende los brazos, en gesto cómplice,
para trabar con dulzura acomodada
preguntas y susurros... Unas, sobre nada;
otros, protagonistas de la realidad...

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